sábado, 15 de diciembre de 2012

Tres Cosas


No sólo de ilusiones vive el hombre


Según el escritor norteamericano, Edgar Allan Poe, la base sobre la cual descansa la felicidad, son tres cosas: la primera, la vida al aire libre, segunda, la ausencia de todo tipo de ambición y la última, el amor de una mujer.

En el cancionero popular latinoamericano, también se pueden encontrar referencias a la felicidad, siempre basado en tres cosas: salud, dinero y amor. La salud y la platita, no se tiran,  el que tenga un amor que lo cuide, dice la canción, muy conocida entre las personas mayores y no tan mayores.

Traigo a colación lo anterior, porque también en la “cáscara de banano” que es la política en Honduras - muchos se resbalan en ella, pero también a la mayoría le resbala- se requieren tres cosas para que un partido político pueda llegar a tener éxito, hay otras, pero considero que las siguientes son las fundamentales sobre todo, si se tienen pretensiones de novedad.

Primera, hay que contar con una maquinaria electoral. Sin pecar de ingenuo, soy consciente que ello requiere tiempo, y que los partidos llegan a tener una estructura electoral competitiva cuando ha habido crecimiento electoral a nivel nacional, cuando se ha accedido a cuotas de poder parlamentario, cuando se ha acumulado mucha experiencia, cuando se cuenta con los cuadros suficientes y capacitados que la hacen exitosa, cuando es capaz de cumplir objetivos y metas políticas  y también, cuando se puede jugar con las reglas propias y del adversario.

Los partidos más importantes del sistema político en cualquier parte, cuentan con maquinarias electorales. Hay quienes desde el prejuicio o el rechazo, consideran que la parte electoral lleva a que se olviden otras dimensiones de la lucha política, lo cual, en mi criterio, es un error por lo siguiente: una vez que se entra a la lógica de la política competitiva sin importar la naturaleza del partido o coalición de partidos y movimientos, la dimensión instrumental de la política pasa a formar parte de la vida institucional y de la política práctica de la organización, pues no existe otro mecanismo para legitimar y materializar el poder que se alcanza por esa vía.


Por ejemplo,  cuando se habla de “construcción de poder popular”, tesis correcta por demás, en el fondo se trata de una forma alternativa de hacer  política que tiene como elemento central, la participación del pueblo desde la base, pero ese poder – que puede ser mucho o poco- requiere ser materializado como parte del poder del Estado o del gobierno según sea el caso, es decir, “el poder popular”, un día podría ser el poder oficial, el poder hegemónico o parte del poder establecido y ello sólo puede ocurrir, a través de un proceso electoral.

Se podría objetar que no solamente por medio de procesos electorales se puede materializar el poder, lo cual es cierto, pero los únicos casos por lo que podría ocurrir son: por medio de una revolución violenta, que destruye todo el poder y, por una conmoción social, que sustituye ese poder, pero como ya se dijo, la argumentación expuesta aquí, corresponde a la competencia en el marco de un sistema político.

Cuando se habla de maquinarias electorales, se hace referencia a una estructura que formalmente se expresa en órganos, instancias y funciones de un partido, pero que en la práctica la podemos apreciar en: a) un determinado tipo de organización, b) un sistema de recaudación y gestión adecuada de fondos, c) un amplio trabajo basado en el voluntariado, d) personal especializado en temas como logística, publicidad, transporte e informática, e) y por último, en la capacidad para atender el momento más crítico de todo el proceso como es el día de la votación.

Algunas maquinarias electorales funcionan mejor que otras, durante casi setenta años, el PRI mexicano fue considerado “la dictadura perfecta” entre otras cosas, por contar con una maquinaria electoral digna de ser “envidiada”, las primeras campañas electorales del PSOE en la España post franquista, se basaron sobre un andamiaje electoral que pudo movilizar a la mayoría de las sociedad española a su favor no obstante los largos años de clandestinidad, a lo que se sumó, una mística en el trabajo político, tan necesaria para triunfar.

Segunda, no se puede aspirar a ganar elecciones sin contar a lo menos, con una masa crítica importante capacitada política e ideológicamente. Sabemos que en la actualidad, los partidos políticos han perdido mucho su textura ideológica original sobre todo los que se ubican en la centro-izquierda, debido a los efectos que sobre ellos han tendido fenómenos como el neoliberalismo y la globalización o la crisis de la política; pero también es cierto que la política se ha “llenado” de nuevos contenidos por a la emergencia en los últimos años, de una serie de actores nuevos, con temas nuevos y prácticas políticas y sociales nuevas.

Esa es una de las principales razones por las que, el tema ideológico siendo importante, ya no lo es en el mismo nivel que lo fue en el pasado, lo que no quiere decir, que los partidos no posean una ideología pues ella representa una especie de “universo conceptual” sobre la realidad, ese universo puede ser amplio o cerrado, dogmático o crítico, acertado o errado pero en todo caso, las ideas deben corresponderse con la realidad para poder contar con el principio de la validez.

Una formación política elemental debería ser parte de la cultura de partidos que dicen representar lo nuevo, lo distinto y por tanto el futuro. La complejidad de la realidad social, ha llevado a que la lucha política se desarrolle hoy como en ninguna otra época, en el campo de las ideas y sobre todo, ideas sobre los temas que son los de la cotidianidad. En otras ocasiones hemos dicho que los problemas sociales no son ideológicos, pero las respuestas que se dan a ellos sí lo son, no es lo mismo abordar el tema del Estado por ejemplo, desde una perspectiva neoliberal que ve al Estado como un estorbo, que desde una óptica donde el Estado es visto como parte fundamental del desarrollo, no es lo mismo hablar de las famosas “reglas del juego” desde la perspectiva de quien las impuso para su propio provecho, que desde la convicción del que desea cambiarlas en beneficio de la colectividad.

Pero la formación política e ideológica, no puede ni debe ser restringida a dicotomías del pasado porque se vuelve inservible, la formación política hoy abarca unos campos tan amplios que por ello se recurre a especialistas, pero un partido o un político con pretensiones de cambio social, no puede dejar de saber sobre temas como el Estado, el gobierno, políticas públicas, la economía y de la sociedad en su conjunto no solamente por capacidad discursiva, sino, porque eso es lo que la gente demanda del mundo político y que éste, en su gran mayoría, no cuenta con esos conocimientos.

La formación política deviene en una especie de “imperativo categórico” siempre, pero además, cuando existen procesos políticos y sociales que apuntan a la renovación de la clase política existente a través el surgimiento de nuevos liderazgos. Ese hecho se puede apreciar de manera incipiente en la actualidad, ha venido ocurriendo desde ya hace un tiempo, en otras experiencias políticas recientes de América Latina.

Tercera, se debe contar con una Plataforma Programática o lo que es lo mismo, una propuesta. La gente no vota por un detallado plan de gobierno, sucede aquí y en cualquier parte porque no es eso lo que llama su atención, pero cuando la gente aspira a un “cambio” y alguien sea un partido o persona le ofrece ese “cambio”, quiere saber en qué consiste, cómo se hace y cuáles serán los beneficios que traerá.

Se equivocan quienes piensen que los pueblos se inclinan por “aventuras” o por “chifladuras”, sobre todo en Latinoamérica donde predominan las posturas de “centro” según todas las encuestas de opinión política. Además, la propuesta, para que pueda tener posibilidades prácticas, requiere que, el partido que la impulsa cuente con mayorías políticas algo que es muy difícil tener hoy, debido a composición tan diversa de las fuerzas que componen los parlamentos o los gobiernos locales.

Ese hecho – no contar con mayorías políticas- obliga al realismo político, y, éste, aconseja que en ese caso, es preferible dejar de lado los maximalismos porque sirven de poco y con el tiempo, la realidad se encarga de demostrarlo y de desinflar las bolsas de aire caliente.

Del tipo de propuesta depende mucho el éxito político, se debe recordar algo que es contradictorio y por ello incontestable: los pueblos son audaces para pedir pero no para votar, es decir, si se analiza detenidamente todas las aspiraciones de la gente y que son legítimas, fácilmente se llega a la conclusión que está pidiendo un cambio social profundo, pero sigue votando conservadoramente o sea, no se arriesga a un cambio de rumbo aunque sus aspiraciones sean radicales (la radicalidad, no necesariamente es ideológica una excesiva demanda social, es radical porque resulta imposible de cumplir).

Por otra parte, la propuesta debe cumplir algunos requisitos para que resulte atractiva: debe ser novedosa, sencilla, realista, representada por quienes poseen credibilidad y no por aquellos que cuentan con un amplio prontuario de viejas y desacreditadas prácticas políticas como la corrupción, debe ir acompañada de un discurso o relato con el que la gente se pueda sentir representada e identificada, sin faltar, una buena dosis de ética republicana aunque escasa, pero la hay.

Por último, también soy consciente que se podrían agregar otras cosas a las tres que se han dicho como parte de las condiciones básicas para alcanzar objetivos políticos: una buena imagen por ejemplo, en todo caso, el que tenga esas tres primeras (salud, dinero y amor) que le dé gracias a Dios, como dice la canción o sigue los consejos de Edgar Allan Poe.  


jueves, 22 de noviembre de 2012

18 de noviembre:

Autocomplacientes y Autoflagelantes.


“En política el éxito o el fracaso se mide en función de las expectativas”


Desde la fundación de LIBRE, hace aproximadamente seis meses, La Resistencia (esa masa inmensa y amorfa, que se ve y no se ve, que está y no está, que se manifiesta y al mismo tiempo se oculta; que cuando se requiere que salga a la calle, sale, pero cuando decide no hacerlo se queda pasiva pero siempre firme contra el golpe de Estado) comenzó a perfilar el primer momento donde se pondría a prueba, la acumulación de fuerza y el grado de conciencia alcanzado durante el tiempo de lucha y movilización, después del 28J.
Ese momento llegó el 18 de noviembre pasado, que, tal como establece el calendario electoral, correspondía a la elecciones primarias e internas; las primeras para escoger a los cargos de elección popular en los tres niveles (presidente, diputados y alcaldes) y las segundas, para elegir a las autoridades de partido.
Luego de las inmensas caravanas que se organizaron alrededor de la ahora candidata oficial de LIBRE, y, ante lo masiva de éstas, iba creciendo la expectativa y el deseo de manifestar la rabia ante la ignominia a la que somete el sistema, por medio del voto popular. Pero al mismo tiempo, se incubaba en el pueblo otra expectativa más grande aún: ¿cuántos votos sacará LIBRE? O ¿derrotará a los partidos tradicionales? Eran preguntas cargadas de emoción, de deseos escondidos en lo más profundo de la resistencia, que alcanzaba también a aquellos que generalmente se mantienen al margen de la contingencia política, pero que en el último tramo de un proceso electoral, inciden en el resultado final.
La derecha mediática, se encargó previo al 18N, de preparar el terreno para minimizar la votación de LIBRE y luego deslegitimarla. Lo que ahora parece como un fraude electoral, no es otra cosa que el deseo desesperado de las élites dominantes, por hacer aparecer la vigencia del bipartidismo y sobre todo, la del partido liberal.
Sin embargo como en la novelas policíacas, no existe el crimen perfecto, porque al igual que como sucedió con el golpe de Estado, los poderes fácticos violaron las “reglas del juego” que ellos mismos institucionalizaron a través de sus testaferros: los partidos tradicionales, sólo que en ésta ocasión, el fraude es entre facciones de clase- como decían los viejos manuales marxistas- representadas en dos grupos económicos y financieros distintos: uno en el partido liberal y otro en el partido nacional; o sea, los gitanos leyéndose la suerte entre ellos. 

El Millón y el voto oculto

Ahora bien, en LIBRE existía la infundada aspiración de que el nivel de votación se acercara o igualara hitos como la recolección de firmas para solicitar la convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente, que superó con holgura el millón de ellas. A falta de instrumentos de medición para determinar el grado de aceptación del partido, de los candidatos y de las propuestas, se cayó fácilmente en apreciaciones que poco tienen que ver con la realidad por una parte, y por otra, eran apreciaciones que provenían de personas que carecen de experiencia en el ámbito de la política tradicional que mal que mal, aporta conocimientos sobre ciertas actitudes del votante en general, y del que se ubica más allá de las simpatías que pueda tener por LIBRE, o por la lucha contra el golpe de Estado.
En mi artículo anterior (“18N: El Principio del Fin”) advertía que no debíamos obsesionarnos con un determinado volumen de votación, debido a una serie de factores que condicionan de distintas maneras la voluntad de mucha gente por participar en una elección primaria e interna, sobre todo, tratándose de un partido como  LIBRE, estigmatizado de “ultraizquierdista”, “comunista” o “chavista” por parte de los medios de comunicación al servicio de la oligarquía, hecho evidenciado el propio domingo 18N por la noche en la conferencia de prensa ofrecida por su dirigencia.
Creo que ese factor no debemos subestimarlo, sobre todo, en el área rural y en las ciudades del interior donde, la identificación política, juega un papel importante dentro de las relaciones sociales que en esos espacios se establecen. Por otra parte, estamos obligados a estudiar el fenómeno social que existe alrededor de LIBRE, más allá de la identificación de importantes sectores de la población con su dirigencia y su propuesta; ello nos serviría para explicarnos entre muchas otras cosas que, la lógica de participar en una movilización es distinta a la lógica de ir a una urna electoral, en parte por lo que mencionamos anteriormente, pero además, por temor; es el caso de los empleados públicos o los trabajadores del sector privado, sobre todo, aquel que se identificó o participó en el golpe de Estado que obligó a sus empleados a asistir a las marchas de la ultraderecha.
En esos sectores y en otros, podríamos decir que se ubica el llamado “voto oculto”, que a diferencia de otras sociedades más politizadas, democráticas y tolerantes se hace visible o se manifiesta públicamente sin que por ello, las personas se vean expuestas a represalias o a persecución política.
A pesar de todo lo anterior, miles y miles salieron a manifestar sus simpatías y compromiso con LIBRE y su candidata, no es necesario que sea un millón de votos en las circunstancias descritas, se puede afirmar una vez más, y, con la claridad que siempre nos ha aportado el pueblo, que en el 2013, el bipartidismo llega a su fin. Siempre he sido del criterio, que la gran debilidad de LIBRE es la falta de claridad en sus ideas; ejemplo de ello es la confusión en sus principales dirigentes al creer erróneamente que aún ganando las elecciones, se termina el bipartidismo, entendiendo por ello, la supuesta desaparición de los partidos tradicionales.
Aquí vamos a repetir por enésima vez que esa apreciación es totalmente equivocada, el bipartidismo no consiste en la pervivencia de los partidos que lo integran; se trata de otra cosa: de la forma cómo los dos partidos han establecido entre sí, un acuerdo tácito sobre la manera o la forma de alternarse en el gobierno- que viene sucediendo desde 1925- sobre la base del usufructo de los bienes del Estado. Otro error consiste, en decir reiteradamente que el bipartidismo tiene 121 años de existencia porque lo identifican con la fundación del partido liberal en 1891, cuando desde esa fecha hasta 1923, la política se desarrolló con más claridad, sobre la figura de caudillos y no sobre partidos: Policarpo Bonilla, Terencio Sierra, Manuel Bonilla o Tiburcio Carias por nombrar algunos.
En ese terreno, la derecha repite y repite que el bipartidismo sigue más vivo que nunca, basado en las cifras que ofrece el fraude actual, sin que LIBRE a través de sus dirigentes salga a refutar ese falso argumento que conviene a los grupos de poder. ¿Hasta cuándo persistirán ese tipo de debilidades? Seguramente hasta cuando nos derrote argumentalmente la derecha, que puede ser el próximo año si no se hace nada al respecto, o se deje ese tema, al igual que otros, a los mismos de siempre o a improvisados aunque no sepan ni papa de ellos.

¿Osadía o Hazaña?

Ante la ausencia de datos confiables, tanto del TSE como del anticuado y manipulable sistema de transmisión de datos TREP, no queda más que especular y, dentro de esa especulación, algunas cifras sugieren que LIBRE podría alcanzar más de 600 mil sufragios. Sí eso fuera así, estaríamos en presencia de una verdadera hazaña sin precedentes en la historia política del país, no sólo por la cantidad, sino, por las condiciones en las que ocurre.
No existe registro de que un partido político de reciente o vieja creación, se atreva a participar en un proceso electoral confiando únicamente en la actividad de las corrientes que lo integran, en la actividad de los candidatos, en esa nueva modalidad de caravanas y caminatas o en la confianza de que el pueblo lo hará por su cuenta. Eso no forma parte de las actuaciones normales de cualquier partido político, lo común es que afine su organización, que cuente con una infraestructura electoral, que capacite sus cuadros para el proceso  y que cuente con los recursos mínimos para sufragar los gastos fundamentales como transporte, alimentación y otros gastos, es decir, que cuente con su propia maquinaria electoral.
Se reconoce, el efecto de la lucha contra el golpe de Estado en el despertar incipiente de una nueva conciencia política de cierta parte de la población, pero eso no es suficiente ni crea seguridades para participar electoralmente, y, sin embargo, LIBRE alcanza un piso electoral tan alto, que para los estrategas políticos en cualquier país, representa la posibilidad real de acceder al poder.
Para cualquier partido, participar en esas circunstancias, hubiese sido un suicidio político y sin embargo, LIBRE confió en el pueblo y éste respondió. Ahora, falta por ver, sí LIBRE estará a la altura de semejante osadía o hazaña, según se la quiera ver.

El mundo subrealista de los fraudes

Siempre se ha sabido de que en “Honduristán”, los fraudes electorales constituyen una especie de “regla del juego” al que hay que estar dispuesto a someterse, una vez que se decide participar políticamente. Incluso, hay quienes se han atrevido a dar el porcentaje promedio del fraude en cada proceso electoral: 10%.
También, se sabe de las “elecciones estilo Honduras”, para referirse a una forma de fraude electoral basado en la violencia de un régimen, contra quienes decidían adversarlo electoralmente. La última “pantomima” electoral, en la que, los partidos del bipartidismo hicieron gala sin ningún pudor de su desfachatez, fue en 2009, con las supuestas elecciones en noviembre de ese año.
Se infló lo que tenía que inflarse, se “pagaron” favores por el apoyo al golpe de Estado a personajes oscuros y mediocres de todos los partidos, incluyendo a los de los partidos “testigos” como el PINU y el ex Partido Demócrata Cristiano de Honduras. Hoy asistimos a una especie de replay de 2009, con el mismo sistema, pero aplicado a distintos actores. Urnas “llenas” de votos  con una cantidad superior a la que se le asigna, cantidades que requerirían un día y medio en ser completadas en las urnas, filas vacías de votantes pero urnas llenas de votos, consignas para “reventarse” a X o Y personaje, incluyendo a la hija de quien ha sido el “dueño” de uno de los partidos, deslealtades y traiciones entre el amo y el siervo etc. etc. etc.
Esta “guasa” electoral, ha llevado a que dentro de LIBRE aparezcan los “autoflagelantes”, o sea, aquellos que siempre se opusieron a la participación política de LIBRE y que ahora se autojustifican, basados en la trampa entre las élites de poder. Otros, anticipadamente cayeron en estados depresivos argumentando que “la votación es muy baja”, sintiéndose derrotados en una especie de eco de los deseos de la derecha porque así ocurra.
No debemos caer en la autocomplacencia ni en la autoflagelación, pero tampoco dejar las cosas en manos del azar, o en aquella frivolidad de que “en el camino se arreglan las maletas”. Llegó el tiempo de los planteamientos serios, de dejar atrás las frases hechas o de las consignas vaciadas de contenido, es el tiempo de idear las grandes políticas diferenciadoras, de proponer en lugar de ofrecer.
Sobre esto, ya hay un camino andado, existen contribuciones desde la cuales poder sentar los fundamentos de una Plataforma Programática para ser presentada al pueblo hondureño. La candidata tiene en sus manos el documento: “Socialismo Democrático: Bases Conceptuales y Programáticas”, en el que se abordan conceptos políticos y se esbozan las grandes líneas de las políticas de Estado en un futuro gobierno de LIBRE.
Ni autocomplacientes ni autoflagelantes, optimistas pero realistas, emocionados pero preparados, decididos pero inteligentes, con fuerza pero con prudencia y autocríticos pero con ética.
¡El futuro es nuestro!







viernes, 16 de noviembre de 2012

18N

El Principio del fin 


No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista”

Dicho  popular.


A partir de 28 de junio  de 2009, la vulgata mediática del golpismo como expresión directa de  la derecha atrasada de Honduras, se empecinó en hacerle creer a quienes siempre han visto como inferiores, es decir, a los más sencillos y humildes, que aquí excepto por la “crisis” – así llaman al golpe de Estado- “la vida sigue igual”: equivocación total.
La polarización que produjo en la sociedad el golpe de Estado, con todas sus consecuencias, hizo que resultara un fenómeno “extraño” para una sociedad conservadora como la hondureña: la politización de amplias capas sociales y la toma de conciencia de las verdaderas razones de su pobreza y exclusión social a la que han estado sometidas por siempre.
Esa toma de conciencia, un poco ingenua pero clara, ha tenido durante estos   años posteriores al golpe de Estado, un efecto poderoso: deslegitimó al sistema en su conjunto. El pueblo sabía de la debilidad institucional del Estado, pero lo que no sabía, era las causas de esa debilidad, creía que la verdadera razón de su situación de pobreza y miseria estaba en las instituciones políticas como los partidos, el congreso  o las instancias administrativas del gobierno – una verdad a medias- sin embargo descubrió que ambos, son sólo instrumentos de otros poderes a los que hoy, identifica plenamente como los responsables de su situación: la oligarquía.
Pero lo más importante, es que el pueblo descubrió lo anterior, a través de la verdad que los medios le habían ocultado siempre. Se produjo entonces, una mayor “politización” de la sociedad, ya sea para mantener el status quo por parte de unos, o para cambiarlo por parte de otros; de lo anterior, se puede deducir que el voto en las elecciones primarias e internas del próximo domingo, como en las elecciones generales de 2013,  será más politizado, otro efecto no deseado por los grupos que instrumentalizaron el golpe de Estado.

Ahora bien, como hemos dicho en otras ocasiones, en el 2013, por primera vez desde 1925, en Honduras  se pondrá en juego el poder, es decir, será la primera vez que un partido ideológicamente distinto a los tradicionales, compita por el poder con reales posibilidades de acceder al él. El bipartidismo a diferencia de lo que se cree, no comenzó con el surgimiento de los partidos que lo conforman (el Liberal y Nacional) sino en 1925, cuando después de la última Guerra Civil de 1924, los candidatos de los partidos, se pusieron de acuerdo en aceptar el triunfo del otro sobre la base de “la legitimidad de los resultados electorales y el compromiso de traspasar pacíficamente el poder”.
Desde esa fecha en adelante, el mando se traspasó de un partido a otro, instaurándose lo que ahora conocemos como bipartidismo cuya aspiración, es la conquista del Estado, que lo convirtió en su botín principal desde aquella época.
El fin de esa forma de repartirse el “poder”, será en 2013, ya sea que LIBRE alcance la mayoría del poder o una parte del poder. Las implicaciones políticas, económicas y sociales del fin del partidismo pueden ser trascendentes según la nueva correlación de fuerzas que surja de las elecciones generales, por una parte, y por otra, de la capacidad de LIBRE para construir una propuesta programática alrededor de las tres ideas fuerza que ha enarbolado desde la resistencia: convocar a una Asamblea Nacional Constituyente (ANC), la idea de la Refundación y últimamente, el “Socialismo Democrático”.
Es claro, que en términos de propuesta esa es la novedad política, que traerá sin duda tensiones, porque en teoría, supone el fin de la instrumentalización de una parte de la clase política, el fin de la repartición de los privilegios para una parte de las élites dominantes y el fin de una forma de gobernar. Repito, teóricamente.
Por otro lado, el fin del bipartidismo, modificará sin duda el régimen político más que el sistema, si entendemos que el régimen es la forma como se reparte el poder dentro del sistema político. 
Además, para que lo anterior se pueda convertir en parte de la “nueva” realidad política que surgirá a partir del año 2014, dependerá de lo que digan los candidatos desde del 19 de noviembre y más aún, en el 2013. A diferencia de las campañas anteriores, LIBRE, puede obligar a los candidatos de los partidos de la derecha, a abordar los temas que el bipartidismo siempre se negó a discutir por razones de su configuración propia: el cambio del Estado, del gobierno y de la sociedad.
Pero ese “obligar”, sólo se puede hacer con ideas de gobierno y de Estado, no con pronunciamientos ni con panfletos, sí aceptamos que gobernar es una responsabilidad, devenimos obligados a elaborar una propuesta de transformación profunda de manera que el pueblo se vea interpelado a escoger por primera vez, entre dos visiones distintas de cómo hacer avanzar el país hacia una sociedad más justa y con menos desigualdades. De parte de LIBRE, el reto es no caer en la quimera del igualitarismo que sólo ha existido en las utopías medievales de ríos de leche y miel.
El 18N, tenemos la obligación ética de movilizar a toda la resistencia, a todos los militantes de LIBRE, a sus simpatizantes y a otros sectores progresistas en esta nueva etapa de la lucha para hacer realidad la consigna aquella: “de las calles a las urnas”, no nos obsesionemos con un número – deseamos que sea importante- porque en las condiciones de represión a las que ha sometido al pueblo, muchas personas no querrán exponerse en las elecciones internas por distintas razones que condicionan su voluntad de asistir.
En los más de diez mil kilómetros recorridos por nuestra candidata en todo este tiempo, se pudo observar que la decisión de cambio del pueblo sigue intacta, que las convicciones se mantienen, que las aspiraciones son enormes y las expectativas gigantescas. El pueblo sólo espera el domingo por la revancha, pero no una revancha con odio ni venganza sino, de justicia y de homenaje a los caídos, a los golpeados, a las mujeres violadas, a los ultrajados, a los humillados, a los perseguidos y a los exiliados.
El domingo, es el principio del fin.


miércoles, 29 de agosto de 2012

Sólo para Mujeres

¡Qué sería del mundo y de los hombres sin ustedes!



Desde el domingo pasado, se realiza en Tegucigalpa la “XXI Conferencia de Partidos Políticos de Centro América y el Caribe”, auspiciada por el Parlamento Centroamericano (PARLACEN), en cuyo marco se desarrolla a la vez, el “XII Encuentro Regional de Mujeres de Partidos Políticos de la Región” dedicado a revisar los resultados y perspectivas de la Cumbre Río+20, o sea, la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible, que tuvo lugar en Río de Janeiro en junio pasado.

La Cumbre Río +20, deriva su nombre para celebrar 20 años después, la histórica Cumbre de la Tierra, que se llevó a cabo en el mismo Río de Janeiro en 1992, para hacer frente al cambio climático, la pérdida de la biodiversidad y la desertificación del planeta. Pues bien, uno de los temas abordados en el encuentro de mujeres políticas, fue precisamente “El Empoderamiento Político de las Mujeres en la Región”.

Un tema de suyo interesante, por cuanto, da pie para hacer memoria, valorar y poner en perspectiva, la lucha de las mujeres por hacer valer el rol de primer nivel que han jugado históricamente en la sociedad.

Desde que fue creada la política en la Grecia Clásica, estuvo reservada para los hombres, marginando de ella a las mujeres porque aquella sociedad,  no les reconocía derecho alguno. Sin embargo, en la misma antigüedad, hubo mujeres que se revelaron frente a esa sociedad que le asignaba roles secundarios, como fue el caso de Hiparquía, una de las primeras mujeres filósofas que no aceptó realizar sólo labores domésticas, también está el caso de Hipatía, que el siglo 400 D.C. llegó a dirigir la Escuela Platónica de Alejandría o el caso más ilustrativo de Lísistratata, que realiza una huelga sexual contra los hombres para que pongan fin a la guerra.

La exclusión de la mujer es histórica, pero modernamente, no fue sino hasta el siglo XX que la exclusión, la desigualdad e injusticia respecto de la mujer, comienza a revertirse, llegando incluso a considerarse ese siglo, como “El Siglo de las Mujeres”, que marca el inicio de la lucha de la mujeres sufragistas a favor de su reconocimiento ciudadano. Eso sucedió en Europa, Estados Unidos, Latinoamérica y en Centro América.

Se tiene registro histórico de mujeres que han sobresalido en la lucha por sus derechos, las encontramos en la Revolución Francesa, en la que, la libertad es representada por una mujer, pero fue a partir del último cuarto del siglo XIX en Inglaterra y en Estados Unidos, que comienza a tomar fuerza el movimiento feminista que denuncia las restricciones a que estaban sometidas las mujeres, y reclaman para sí, los mismos derechos que los hombres es decir, reclamaban derechos políticos como elegir y ser elegidas.

La revolución Industrial de finales del siglo XIX, que incorporó al trabajo precario a mujeres y niños en los albores del capitalismo, sirvió de contexto para que el naciente movimiento socialista en Europa, incorporara a su visión de igualdad entre las clases sociales, también la igualdad entre hombres y mujeres. A comienzos del siglo XX, las luchas reivindicativas de las mujeres, adquieren importancia también en el movimiento proletario y en 1911, se celebra el primer Día de la Mujer Trabajadora propiciado por la gran luchadora socialista alemana Clara Zetkin, quien compartió la lucha por los derechos de las mujeres, con Rosa Luxemburg; dicho día, posteriormente pasó a celebrarse el 8 de marzo.

Como fruto de aquellas luchas, en Europa se alcanza el derecho a voto para las mujeres a partir de 1918, como es el caso de Inglaterra, en Estados Unidos, en 1920. En América Latina, la lucha de las mujeres tuvo en un comienzo, las mismas reivindicaciones que en otras partes; el reconocimiento de la ciudadanía para la mujer, que  se estableció por primera vez en Ecuador en 1929, seguido de Chile y Uruguay, en 1931.

Treinta años después, el reconocimiento ciudadano para la mujer en la región, se completa cuando en  1961, Paraguay lo incorpora constitucionalmente. Es importante destacar que en América Latina, la lucha política de la mujer, se destacó en su oposición a las dictaduras militares tanto de la “primera ola”, como las que se instauraron en los años 70s del siglo pasado, en el contexto de la guerra fría.

Existen muchísimos ejemplos  de mujeres extraordinarias en América Latina, no es posible nombrarlas a todas, no obstante, hay algunas que sobresalen por la época como Flora Tristán en Perú, las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo en Argentina, Gabriela Mistral en Chile, Rigoberta Menchú en Guatemala o Visitación Padilla en Honduras.

En la región centroamericana, se tiene memoria de luchas de mujeres desde finales del siglo XIX, pero es en el siglo XX, cuando esas luchas culminan con el reconocimiento ciudadano: en Costa Rica, 1949, en Guatemala, 1945 ampliado en 1965, en Nicaragua, 1957, El Salvador, 1950 y en Honduras, las mujeres logran el derecho al voto, el 25 de enero de 1955, razón por la que en esa fecha, se celebra el Día de la Mujer Hondureña.

Con posterioridad, las mujeres en Centro América, han tenido que hacerse espacios en una sociedad marcada por la exclusión no sólo para ellas, también para los hombres. Se involucraron en las luchas revolucionarias de varios países en las décadas de los años 70 y 80s, escalaron posiciones de primer orden en los gobiernos, han alcanzado puestos de elección popular y algunas, llegaron a la presidencia de la república.

Una vez superada la etapa sufragista, la mujer dirigió la mirada a temas como la igualdad de oportunidades, que exigía a la vez, la búsqueda del reconocimiento internacional de esa lucha y la materialización de sus resultados, en forma de leyes. Así, en 1952, a pocos años de la creación de la ONU, ésta aprobó la Convención Sobre los Derechos Políticos de la Mujer, que marca el primer hito a partir del cual, la mujer comienza a ser reconocida en los organismos internacionales y posteriormente por los gobiernos.

Luego vinieron las cuatro grande conferencias de Naciones Unidas sobre la mujer, que colocaron el tema de igualdad entre los géneros en el centro de las preocupaciones mundiales. Primero fue la preocupación por codificar los derechos civiles y jurídicos de la mujer, luego con el tiempo, se notó que las leyes por sí mismas, no bastaban para garantizar los derechos de las mujeres y fue así como las cuatro grandes conferencias, estaban destinadas a elaborar estrategias y planes de acción para materializar los derechos de la mujeres.

La primera Conferencia, realizada en México D.F. en 1975, coincidió con el Año Internacional de la Mujer, fue convocada para tratar la condición jurídica y social de la mujer, en dicha conferencia, se aprobó un plan que daba directrices a la comunidad internacional y a  gobiernos, sobre los objetivos a alcanzar en los siguientes diez años en temas como igualdad plena de género, integración plena de la mujer al desarrollo y la contribución de la mujer a la paz mundial.

La segunda Conferencia, se realizó en Copenhague, en 1980, para evaluar el cumplimiento de los compromisos de México 1975, y dar fuerza a la Convención sobre todas las formas de discriminación contra la mujer que las Asamblea General de Naciones Unidas había aprobado en 1979. En la Conferencia de Copenhague, se evidenciaron los incumplimientos por lo que se decidieron medidas y se fijaron objetivos en áreas como igualdad de acceso a la educación, oportunidades de empleo y servicios adecuados de salud.

Luego vino la tercera Conferencia Mundial Sobre la Mujer en Nairobi, en 1985, que marca el nacimiento del movimiento feminista a nivel mundial. Se examinó el cumplimiento del decenio anterior y se plantearon nuevas estrategias para superar los obstáculos, medidas que llevaran a la igualdad en la escala nacional y que, los gobiernos, debían establecer sus propias medidas en materia de género.

La Cuarta Conferencia Beijing 5+1, en 1995, marca un punto de inflexión  en la lucha por la igualdad de géneros, lo trascedente de Beijing, fue haber puesto en el centro de la atención de la mujer, el concepto de género, a partir del cual, para entender el tema había que evaluar primero la estructura de la sociedad en su conjunto, incluyendo las instituciones, para poder potenciar el papel de la mujer. En el fondo lo que estaban diciendo, era que muchos de los obstáculos que encontraban las mujeres para su desarrollo pleno, estaban en las estructuras de la sociedad capitalista, y las implicaciones culturales que de ellas se derivan en detrimento de la mujer.

En ésta Conferencia se aprobó La Declaración  y Plataforma de Acción de Beijing, por medio de la cual, los gobiernos se comprometieron a la adopción de políticas de género en la planificación y ejecución a nivel estatal. Esa es la razón por la que, la comunidad internacional cooperante, comenzó a exigir a los países receptores de la cooperación incluir el componente de género en sus planes de desarrollo, y de esa menara, el tema de igualdad de géneros, pasó a ser transversal, como se dice en el lenguaje de las ONG de corte neoliberal.

No es el propósito de éstas notas, ni sería posible, referirse a todas las implicaciones y consecuencias positivas que para la mujer ha traído estos eventos internacionales, me limitaré a mencionar dos: la primera, la aprobación de Leyes sobre la Igualdad de Oportunidades y la segunda, la llamada Ley de Cuotas o de cupos, según el país, encaminadas a asegurar la participación de la mujer en los procesos políticos, concretamente, en los cargos de elección popular.

Coincidentemente, la aprobación de la Ley de Cuotas en la región, se da de manera general, luego de la Conferencia de Beijing en la segunda mitad de los años 90s, aunque algunos países se habían adelantado  como es el caso de Argentina, que lo hace en 1991, estableciendo el 30% de las candidaturas de representación popular, para las mujeres. Posteriormente, 10 países se sumaron a dichas leyes en función de género, en porcentajes que van desde un 20 hasta el 40% de cupos de las candidaturas parlamentarias, y últimamente, en algunos casos llega al 50%.

¿Qué efectos positivos ha traído la Ley de Cuotas?, algunos datos son ilustrativos al respecto: antes de la existencia de estas leyes, el promedio de la representación parlamentaria en América Latina, apenas llegaba al 9%, hoy,  aproximadamente el 22% de los escaños parlamentarios están ocupados por mujeres, en Europa es del 27%. Encuestas de opinión hechas en la región, muestran que un 87% de la población, considera positivo la existencia de este tipo de leyes, y un 65%, dice que deben ampliarse.

No obstante todos estos avances, falta mucho por hacer, pues si bien es cierto que la mujer en las últimas décadas ha alcanzado importantes cuotas de poder político, siguen existiendo desigualdades en otras áreas como en el nivel de ingreso, siendo uno de los grandes obstáculos para que la mujer goce plenamente de sus derechos. Estudios recientes del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), muestran que los hombres ganan en promedio, entre 10 y 17% más que las mujeres desempeñando el mismo trabajo, el porcentaje se eleva hasta un 28%, cuando se trata de minorías éticas, esto es lo que se denomina, la brecha salarial.

Por otra parte, como ya se ha dicho, las mujeres en Centroamérica, han tenido que transitar por un duro camino hacia su emancipación dentro de un sistema, que también oprime y explota a hombres y mujeres por igual, por eso, cuando en los años 70s del siglo pasado se habló de liberación femenina, también se debió preguntar por la liberación del hombre.

Por último, en mi criterio, hoy la lucha de las mujeres debe encaminarse a tareas como el fortalecimiento de su ciudadanía a través de una mayor participación política, a la ampliación de sus derechos reproductivos y sexuales, a la erradicación de la violencia contra ellas, por mejores salarios,  por fortalecer sus organizaciones y por más derechos. No se trata de feminizar el poder, sino, de transformarlo para democratizarlo, porque ¿después de la Ley de Cuotas qué?, ¡mujeres tienen la palabra, y los hombres también!



Y con ustedes… La “Cuarta Urna”

Una propuesta civilizada en un país civilizado.


En un artículo anterior, se hacía referencia a la debilidad que “pánfila” (la oligarquía hondureña) tiene por la derecha chilena, desde una posición de “subordinación” cultural en general y de “enamoramiento” político en particular. A “pánfila” se le caen los fustanes mentales cuando oye hablar de Pinochet, de Piñera (el millonario presidente de Chile) y de los partidos políticos de la derecha chilena.

Pero “pánfila”, no copia las cosas buenas que tiene el sistema político de Chile, y tampoco el mundo de los negocios. Por ejemplo, el sistema somete a una revisión minuciosa el patrimonio de los ricos que se meten a política, antes, durante y después del cargo público al que accedan sin importar su adherencia ideológica; a Sebastián Piñera el actual presidente, el sistema lo obligó a vender sus acciones en Lan Chile, la principal compañía aérea y bandera de aquel país, era socio del club de fútbol Colo Colo (allá los equipos de ese deporte son sociedades anónimas) se vio obligado a vender sus acciones, también vendió un canal de televisión etc. todo ello, porque entienden que existe conflicto de intereses entre poder político y económico.

Por otro lado, por mucho dinero que se tenga, al presidente de la república se le respeta como al que más, porque la derecha empresarial de Chile como parte de los valores del sistema que data de mucho tiempo, posee valores republicanos en relación a las instituciones; en cambio aquí, “pánfila” no tiene ningún respeto ni consideración por cualquiera de los cargos electos por el pueblo, comenzando por el presidente, porque lo considera como un tramitador de sus intereses –cuando es alguien que no corresponde a la oligarquía- o como parte del “negocio”, cuando es uno de los suyos.

Incluso, los millonarios empresarios de Chile, crearon y financian una especie de “Tanque de Pensamiento” llamado “Centro de Estudios Públicos” (CEP) dirigido por un respetado filósofo y escritor, y, que, en una de sus líneas de trabajo está las encuestas de opinión pública – la más respetada por la clase política de Chile- para tomar el pulso de la sociedad sobre distintos temas.

Pues bien, la última encuesta de ese centro, dada a conocer el día de ayer, muestra  que Michelle Bachelet la ex presidenta, aventaja por 41 pts. al  personaje más valorado de la derecha (9 pts.) el ministro de obras públicas. Por otro lado, Pablo Longueira, el actual ministro de economía que “pánfila” trajo a Honduras para el aniversario del COHEP a que les dijera lo que cualquier taxista sabe en Chile, y del que quedaron hablando bellezas, cuando le preguntaron a la gente si votaría por él, el 65% dijo que no.

Lo anterior, para que se vea lo bajo que vuela “pánfila” en relación a personajes que forman parte del  mundo de la derecha que tanto admira, ello, porque su cultura política, es tan baja que no la detectan los radares de la cultura general.

Pero lo  más interesante que les quiero compartir es lo siguiente:, como parte del proceso de readecuación político-electoral de la oposición de centro-izquierda de Chile (La Concertación) luego de la derrota del 2009, contempla para el programa de gobierno de las elecciones de 2013 en las que seguramente su candidata será Michelle Bachelet, la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente para cambiar la constitución de 1980 dejada por Pinochet (el “héroe” corrupto y asesino de “pánfila”).

Consideran los presidentes de los principales partidos de esa coalición, que la “Asamblea Nacional Constituyente, es el instrumento para introducir los cambios”. Y para tal efecto, los senadores y presidentes de dos partidos de orientación socialdemócrata, presentarán un proyecto de reforma constitucional para que el mismo día de las elecciones parlamentarias y presidenciales de 2013, se plebiscite la convocatoria a una asamblea que tenga a su cargo, cambiar la constitución. El mecanismo que han escogido es “una cuarta urna”, seguramente será una discusión con tensiones al interior de la coalición y con la derecha, pero también será civilizada.

La tensión viene dada porque existe otra corriente de opinión, que dice que la reforma debe hacerse por medio de los llamados “mecanismos institucionales”, como una comisión de diputados y senadores que propongan modificaciones profundas a la constitución. Ahora, ¿cuál es el motivo que se esgrime para proponer el cambio de constitución?, según los proponentes, la conflictividad social que ha experimentado Chile en los dos últimos años con el movimiento estudiantil en las calles durante casi un año por educación pública, gratuita y de calidad, el conflicto Mapuche en el sur, la centralización, la explotación de los recursos naturales, el sistema político binominal que asegura un puesto a la derecha aunque pierda (herencia pinochetista) y porque consideran que es mala pues no garantiza la justicia social, la igualdad y la democracia plena; son problemas que sólo pueden resolverse convocando a una constituyente.

Sea cual sea el resultado de la discusión, será el pueblo de Chile el que tendrá la libertad de escoger en una “cuarta urna”, si quiere o no cambiar su constitución. La “cuarta urna” lleva además, a otro tipo de participación democrática como el plebiscito nacional para aprobarla y ratificarla entre todos los chilenos.

¡Qué cosas! Y pensar que por eso mismo “pánfila” dio el golpe de Estado en Honduras, los millonarios de Chile, las cúpulas religiosas, los medios de comunicación – casi el 100% de derecha encabezados por diario El Mercurio- el Ejército, la Corte Suprema, el Ministerio Público, El Congreso y el Senado ¿estarán pensando dar otro golpe de Estado en Chile por la “cuarta urna”?

¿Verdad que sería interesante preguntarle a “pánfila” al respecto?

jueves, 19 de julio de 2012

Juliette Handal en LIBRE.

Ya vamos llegando a Penjamo


“Yo también creo que no se le debe temer a las palabras,
pero que a la vez no se debe sobrevalorar su importancia.
Más valen los hechos que las palabras, y los hechos parecen
señalar hacia una reforma profunda del modelo.”

Leonardo Padura
Escritor cubano
“El hombre que amaba a los perros”


La aceptación de Juliette Handal de participar como designada en la fórmula presidencial de LIBRE, sin duda constituye un aporte sustantivo, porque se trata de una figura que en los últimos años ha hecho política al margen de los partidos  - como una de las tendencias que se observan en varias partes de América Latina- , pero desde un compromiso que por provenir del mundo empresarial, rompe con el esquema del empresario que no “hace política” pero financia a los políticos e influencia para su beneficio personal o gremial, las decisiones que éstos toman en forma de leyes o de otro tipo de beneficios.


Por otra parte, el trabajo comprometido con ciertas causas que Juliette Handal ha llevado adelante, la vuelven una figura interesante de la política no tradicional y al mismo tiempo, una persona valiosa en sí misma que puede no sólo llamar la atención, sino que, concita muchas simpatías en la clase media y baja, y seguramente admiración entre sus pares empresarios aunque se trate de aquellos que ni sentido de patria tienen.

Es de esperar que la clase política conservadora del país, esté preocupada pensando en quién será la próxima incorporación, porque cuando suceden hechos como éstos, es indicativo que algo profundo ocurre en la realidad que se niegan porfiadamente en reconocer. Además, seguramente que en la decisión que la Dra. Handal ha tomado, existe una lectura correcta de lo que está sucediendo en el país, sin desconocer el papel del liderazgo de LIBRE en ésta incorporación.

Ahora bien, más allá de las imágenes y del simbolismo, se puede hacer una lectura o varias sobre el significado de éste hecho: primera, que política ya no se hace solamente desde la política y tampoco desde los poderes fácticos como ha sido hasta ahora, segunda, que el modelo institucional en el que los partidos políticos lo monopolizan todo, además de estar desfasado, no es ni debe ser parte de fuerzas políticas con pretensiones diferenciadoras porque en ello deben estar presente también, los movimientos sociales.

Tercera, que la movilización por la movilización es insuficiente, se necesita transformar la fuerza social en fuerza política y ello requiere una nueva mayoría para transformar la realidad. Creer que nombres y frases hechas cambian la realidad, es pura demagogia, cuarta, pretender cambiarlo todo sin poder, lleva a que cambie sólo lo que se pudo cambiar, y la idea del cambio, se queda en simple superstición, y quinta, es que cuando se desciende a la real política, los desvaríos se quedan a nivel de “minúsculas tertulias” intrascendentes por su falta de capacidad para incidir en la realidad. ¿Cuánto habrá influido los “ismos” y los “istas” en la decisión de incorporar a la Dra. Handal? Seguramente, CERO.

Así, quienes han “dedicado” toda su vida a la construcción del socialismo (¿?) – aún cuando no les hayamos escuchado en toda esa vida, una tan sola idea al respecto- van a requerir otra vida para continuar con la “dedicación” porque la incorporación de J. Handal a LIBRE, indica que se trata de un proyecto reformista, eso aconseja el realismo político como lo hemos dicho en otras oportunidades. De confirmarse Enrique Reina, como tercer designado presidencial junto a Juan Barahona, también se confirma la afirmación anterior.

La realidad se encarga de bajarle los decibeles al griterío, y, como aconsejaba recientemente Raúl Castro, “… se hace imprescindible cambiar la mentalidad… desterrar el inmovilismo fundamentado en dogmas y consignas vacías.” Las barras son útiles en determinadas circunstancias, pero no sirven para sacarlo a uno de las patas de los caballos.

También hemos dicho en otros artículos, y no está demás repetirlo otra vez, que la verdadera radicalidad política en Honduras desde una posición de centro-izquierda, está en la capacidad de idear un proyecto de cambio social que modifique el poder oligárquico y con ello comenzar a desplazar las élites actuales que forman parte del poder político, para luego avanzar en un Programa de reformas que, a partir de una Asamblea Nacional Constituyente, dé como resultado eso que llaman refundación.

Luego de la entrega de las planillas para las elecciones primarias e internas, se entrará a una nueva etapa política en la que, los nuevos liderazgos tendrán la oportunidad de demostrar sus capacidades, habilidades y sobre todo, aquello que según el mantra, los hace distintos a los políticos tradicionales.

Mientras tanto, veremos  en el futuro inmediato cuánto se avanza en lo que aquí hemos dicho, y el empuje e impacto de Juliette Handal,  porque  “… hay muchos que son de Penjamo…”.





miércoles, 4 de julio de 2012

Santa Bárbara: más allá de los límites.


“¿podrías decirme, que camino he de tomar para salir
de aquí?- Preguntó Alicia.- Depende mucho del lugar
a dónde quieras ir- contestó el gato.- Me da casi igual
donde - dijo Alicia. Entonces no importa qué camino
sigas - dijo el gato.”
Lewis Carroll
Alicia en el país de las maravillas



Soy consciente que escribir sobre política en Honduras, al igual que sobre cualquier otra área del saber o de la cultura en general, es una aventura sobre todo sí se hace desde la academia por una razón sencilla de explicar: el nivel de lectura es muy bajo, el interés es aún más bajo y, en el caso de la política, -siendo una actividad tan desprestigiada por los “políticos”- la aventura corre el riesgo de pasar desapercibida por quienes deberían interesarse en lo que se dice, de lo “piensan” y hacen: los “políticos”.
Esto no es nuevo, ni tampoco es exclusivo de Honduras, basta recordar el debate que se produjo en América Latina en la segunda mitad del siglo XIX, entre escritores y pensadores liberales y conservadores sobre temas como las libertades, los derechos políticos, las creencias religiosas o el espíritu de las Constituciones.
Además, siempre ha existido una relación tormentosa entre política y academia, o dicho de otra manera, entre políticos e intelectuales de manera más acentuada en países donde la clase política muestra  escasa evolución. Los primeros, porque se creen autosuficientes para desempeñarse desde la “práctica” o desde lo instrumental de la política (procesos electorales) sin tener que recurrir a las ideas. Mientras los segundos, creen estas calificados para iluminar con sus consejos políticos la forma de gobernar, encarnada ya sea en un emperador, un rey, por el soberano, por un tirano, por el jefe de Estado, por el Presidente o por los altos cargos de un partido o una organización gremial.
Sin embargo, no es posible conocer y estudiar la historia en general y la política en particular, sin la desmitificación que de la realidad hacen los pensadores. Por ejemplo, no hubiese sido posible describir y analizar adecuadamente los procesos de independencia, la construcción de los Estados nacionales, las guerras o los procesos sociales, sin la referencia al punto de vista del saber, de los letrados, de los artistas, de los poetas y de la cultura producida por ellos.
Pues bien, el inédito e inesperado proceso socio-político que sin imaginarlo desencadenó el golpe militar de 2009, pone de manifiesto una vez más, la vieja relación entre políticos e intelectuales. Primero, para explicar lo que está sucediendo y segundo, para saber sí es cierto que eso que en cierta jerga llaman “nuevo sujeto social”, es capaz de modificar las relaciones de poder existentes e imponer otras distintas de manera que pueda cambiar las formas sociales prevalecientes.
Esa tarea, se hace en atención a las nuevas formas de participación y también en atención a cómo se interpreta la nueva realidad y desde qué perspectivas políticas, pero ello, tiene una dificultad muy grande: cuando se trata de algo “nuevo” -y por lógica, distinto-  no puede quedar en manos de los “prácticos” porque proponer un cambio social tiene implicaciones de enorme complejidad que como hemos dicho en otras ocasiones, se resumen en tres: una complejidad intelectual, una complejidad de política-práctica y una complejidad técnica. En términos más sencillos: cómo se concibe el cambio social, cómo se hace y quienes lo harán.
Las respuestas fáciles a éstas cuestiones, sólo llevan a desconfiar de ellas o a deducir, que el cambio social se vuelve una quimera o la hoguera de las vanidades de los responsables políticos.


Me gusta pero me asusta

Lo que ha sucedido alrededor de LIBRE en los últimos días, apunta en la dirección de lo dicho en líneas anteriores, en la medida que no se es capaz de tener un diseño político medianamente coherente, seguiremos observando episodios propios de la tradición política y de la improvisación. No es el primero, ya van varios, pero al parecer puede más “lo práctico”, “en el camino se arreglan las maletas”, “a mí nadie me da lecciones de política”, “nosotros no transmitimos”, “los golpistas a la cola”, “ya veremos el lunes” etc. y  todo, en medio de un ambiente donde algunas cosas se vuelven a los menos sospechosas, ambiente en el que, la cacareada trasparencia y la democracia participativa, aparecen como meras frases propias de la demagogia de politiqueros de poca monta.
La demostración de sacrificio, de decisión y de aspiraciones a un cambio real y no como “voladura” que dio el pueblo en Santa Bárbara el 1º de julio, es una renovación de que las esperanzas de una redención en la medida de lo posible, es posible, que la decisión de luchar sigue intacta, que la represión y la violación sistemática a los Derechos Humanos en éstos tres años, no han amedrentado al pueblo y por supuesto, que el ex presidente Zelaya, es el líder de todo éste proceso en el que la ahora candidata, debe ocupar el lugar que corresponde en un proyecto político que se espera sea novedoso, atractivo y eficiente.
Sin embargo, paralelo a esa demostración de poder que hicieron sobre todo los más humildes, los sencillos, los postergados, el “populacho” o la “chusma” como se refiere a ellos la derecha y que el sistema ha excluido por tanto tiempo, se vuelve necesario revisar algunas cosas,  a saber, a) el liderazgo debe fomentar las institucionalización de las decisiones para que LIBRE se muestre diferente, resulta una contradicción inmensa hablar del “fin del bipartidismo” cuando al interior se reproduce aquello que tanto se rechaza, b) ya es tiempo de llevar a las instancias formales del LIBRE, la discusión de los temas más importantes como el de la “refundación”, por ello, el discurso de los “teloneros” (los que hablan antes de las figuras principales) aparece desconectado de la realidad, repetitivos y con poca claridad lo que demuestra, la escasa formación política de quienes se dicen abanderados de la “refundación”, c) relacionado con lo anterior, se impone una discusión a fondo sobre cómo se concibe el “socialismo democrático” pues de lo contrario, es agregar una complejidad teórico-político a mi juicio, innecesaria más allá de la frase, d) por lo que se ha visto hasta ahora, de la misma manera que el pueblo desbordó cualquier cálculo en Santa Bárbara, también se nota el desbordamiento con respecto al qué hacer en los términos que Lenin planteó la disyuntiva política, e) en América Latina se rompió el viejo estereotipo de la izquierda socialista, comunista o social-demócrata para dar paso a una izquierda que busca construir un modelo de desarrollo desde una perspectiva democratizadora de las relaciones de producción, y ahora desde los movimientos sociales como la expresión de ciudadanos con capacidad de organizarse para participar e incidir, encasillarse no sirve de nada, f) la gente se encuentra atenta no sólo a las decisiones que se toman como lo demostró el episodio de la transmisión del evento en Santa Bárbara, también está a la expectativa de las personas responsables del proceso y no quiere ver a los mismos (as) de siempre, algo de esto comenzó a aflorar estos días en algunos medios de comunicación, y g) estructurar una alianza entre trabajo teórico y trabajo práctico, porque esa es una manera también de hacer patria de un modo distinto, eso es lo que han hecho los pensadores en distintas épocas.
Alguien dijo que la clase media fue hecha para que sobre ella recayera la mayor parte de los sacrificios sociales, por su capacidad de pagar impuestos ya que los más pobres ni eso pueden. Efectivamente, los costos de las medidas neoliberales han sido pagados por la clase media en todos los países, y, los detalles del empobrecimiento fueron mostrados con toda claridad por los pensadores porque además de contribuir a desterrar la ignorancia, también han denunciado las desigualdades y en procesos políticos como el que está en marcha en Honduras, su conocimiento puede proporcionar dirección fundacional, proporcionando luz pero sin ser lazarillos.
Por último, sí se cree que el bipartidismo y sus apéndices están agotados como fuerzas generadoras de cambio, y que por el contrario, ello está en las fuerzas sociales o en LIBRE, se necesitan unos argumentos más contundentes y un discurso más y mejor elaborado, además, sí es que se quiere mostrar la resistencia que se hace internacionalmente al neoliberalismo y relacionarlo con el proceso político que es la resistencia hondureña, es menester dejar atrás las ideas improvisadas y por derivación, a los improvisados.
Las “grietas” que se le están abriendo al capitalismo en otras partes, y demostrar su incompatibilidad con la democracia, no es asunto de ocurrencias ni de ocurrentes.
La idea de cambio social, es una de las más complejas que el hombre pudo crear,  pues se trata de modificar infinitas relaciones que al interior de la sociedad se han establecido por decenas de años y de múltiples maneras. También soy consciente que escribir sobre éstos temas, y relacionarlos con la actividad política que se desarrolla en Honduras, es como hablarle a la pared o como gritar en el desierto cuando se sabe que no habrá eco; ¿y entonces por qué hacerlo? por eso que el gato dijo, cuando Alicia le preguntó.