sábado, 15 de junio de 2013

Candidato del Partido Nacional:

Entre el Síndrome de Hibris y la Estupidez



Sergio Suazo


Después de lo visto y escuchado en los últimos días, ya nada de lo que suceda en “Honduristan” debería sorprendernos. Hace mucho tiempo, los hondureños perdimos la capacidad de ruborizarnos por las actuaciones de los “politicuchos”: convirtieron la política- lo reitero una vez  más y siempre que sea necesario-  en el “arte de lo posible”. La ley- que ellos mismos hicieron- dice que tal o cual cosa no se puede, la moral política dice que no se debe, pero hacen lo que haya que hacer para que se pueda y se “deba” (¿Cuál es el miedo?).

En la Grecia clásica, a la misma que le debemos el origen de la polítika y de los politikós, existía la creencia que los seres humanos poseían cierta dosis de alegrías y tristezas, de éxitos y fracasos, de entusiasmos y desencantos; todo por obra de los dioses. Sin embargo, cualquiera que tratara de cambiar ese designio divino, cometía algo que llamaban hibris,  o sea, una especie de desborde de la condición humana, que desafiaba a los dioses y que hoy, se puede identificar con la soberbia.

Este fenómeno, ha sido estudiado modernamente por neurólogos, psiquiatras y cientistas políticos porque está asociado al poder. Consiste básicamente en la conducta que asumen algunos líderes o personas que han alcanzado ciertas posiciones de poder importantes o de cierta importancia, pero que no están convencidos de sus capacidades para desempeñarse en ellas. En algún momento, aparecen los aduladores, los aprovechados, los lisonjeros etc. para decirle lo contrario: eres el elegido, el ungido, insustituible, el salvador de la patria, el líder que el partido estaba buscando, el que va a cambiar la historia etc. entonces la personalidad del “líder” comienza a sufrir una transformación que da lugar a lo que se denomina la “enfermedad del poder”, que según los estudiosos de éste tema, es algo adquirido pero que con el tiempo se puede volver una patología que lleva a cometer errores y equivocaciones.

Conocida es la frase del ex presidente norteamericano Bill Clinton, sobre la conducta hibristíca de Tony Blair en el Congreso del Partido Laborista luego de los ataques a las Torres Gemelas: “Tony está consumiendo mucha adrenalina en sus cereales…parecía un coloso político, mitad César, mitad mesías”. Hacía referencia a la postura del ex Primer Ministro Británico sobre aquel hecho, y que, posteriormente, lo llevaría a involucrar a su país en la guerra contra Irak. Luego se demostró ser un error y que le trajo costos políticos inmensos a él y a su partido, por la arrogancia.

Una de las características de conductas hibrísticas, es que quien las posee y producto de las adulaciones, es la pérdida de capacidad para ver y comprender la realidad, a tener inseguridades sobre la posibilidad de fracasar a pesar de los halagos, no soportan a quienes piensan diferente aunque sean de su propio grupo, las últimas decisiones quedan exclusivamente reservadas para ellos lo que los lleva a cometer todo tipo de equivocaciones.

Mucho de esto se puede observar en el candidato del Partido Nacional. Las últimas actuaciones así lo demuestran, veamos: como es sabido, hoy en América Latina, agitar el fantasma del anticomunismo ya no produce réditos políticos, siempre quedan algunos nostálgicos pero son los menos, el último fantasma ya no está con nosotros Hugo Chávez (por cierto, ¿se han fijado que la derecha que en vida lo satanizaba hasta más no poder, ahora considera que fue un buen gobernante, que se preocupó por los pobres? Hasta “pánfila” (la derecha atrasada de Honduras) cree eso.

Ese vacío, el candidato “nacionalista” trata de llenarlo con algo que algún “lana” que desconoce la realidad política nuestra le ha dicho: “la izquierda radical” y se la achaca al partido LIBRE. Decía en mi artículo anterior (“Ópera Bufa”) que carece de sentido político atacar a quien según ellos mismos, están seguros de vencer, a menos, que sea lo contrario.

A LIBRE se le puede decir que son los mismos, que no tiene propuesta, que la refundación y el socialismo democrático son sólo frases vagas, que no tienen idea distinta del estado, de la economía y de la sociedad etc. etc. pero lo que no se le puede decir es que es un partido radical y menos de izquierda sólo porque algunos se autodefinan con tales. Atacar por esa vía, es un error que hasta el más despistado lo reconoce sobre todo, porque no es cierto, eso gran parte de la población lo percibe y en ello está la debilidad de tal argumento; en Honduras nunca ha existido una izquierda política fuerte ni débil y menos radical, ha habido sectores de obreros en algunos gremios que han sustentado posiciones que se podrían llamar de izquierda, pero nunca dieron el paso político como para poder determinar su radicalidad.

Por otra parte, mezclar anticomunismo con religión en una sociedad que producto del golpe de Estado que el mismo candidato apoyó, ha avanzado por lo menos en saber con nombre y apellido a quienes se señala como responsables de sus situación y la del país, es a lo menos riesgoso o muestra de hribris que lleva a cometer errores tan gruesos. Recordemos que también importantes sectores de base de las distintas iglesias, se opusieron y resistieron el golpe de Estado, por lo tanto, pueden reconocer junto a otros sectores de la sociedad, la manipulación burda de mezclar elementos religiosos con política viniendo de un personaje con altos niveles de rechazo en la población, según distintos sondeos de opinión.

Como si lo anterior no fuera suficiente, “suma” a su candidatura al “Alcalde 450” el mismo que le dijo de todo después que lo dejaron en el camino, producto del gran fraude electoral del que fue víctima por parte del ahora candidato. La Ley Electoral dice que no se puede, pero ellos dicen que sí- “por qué no atreverse a innovar”- dijo el candidato, después de todo, en 2005 movió cielo, mar y tierra para ser diputado aunque la ley se lo prohibía (¿Quién dijo miedo?). ¿Y el alcalde? “Si es por interpretación no acepto” dijo a las siete de la mañana, a las siete de la noche, “acepto con honor” le dijo al que le hizo el fraude.

Cualquier observador extranjero, diría éstos están cometiendo suicidio asistido pero no, es “la variable de la estupidez” que no se debe descartar nunca de la clase política hondureña, producto de la soberbia de ir en contra de la dosis de éxito y fracaso que le dan los dioses a cada quien.

Para terminar, me disculpan la impertinencia; ¿sólo en Juan Orlando se observa el Síndrome de Hibris? ¡Que contesten los dioses!

S.L. 28/5/2013

No hay comentarios:

Publicar un comentario