¡Tha’s not the
question!
Sergio
Suazo
Si en un momento creímos que
lo habíamos visto todo, nos equivocamos y de qué manera. Macondo, ese espacio
subrrealista que sirvió de fondo para
“Cien Años de Soledad” de García Márquez, se ve empequeñecido en “honduristán”.
Lo que siempre supimos o sospechamos de la clase política que aquí habita, es
insignificante con lo que ahora vemos y sabemos.
La rapiña que desveló el
golpe de Estado de 2009 sobre los bienes y recursos del país, como parte de lo
que hemos denominado “sistema de reparto”
conocido como bipartidismo, conformado por las élites económicas, militares,
políticas y hasta religiosas ha mostrado en estos días, una de sus facetas más
cínicas. Lo que en un país mediadamente serio, sería impresentable, aquí es
parte de la normalidad política. Me refiero, al hecho de reflotar a personajes
que también en un país serio, cumplirían largas penas en una cárcel por sus
responsabilidades políticas y administrativas al frente del gobierno, cuando
les tocó ejercerlas.
Ahora resulta que éstos personajes, cuestionados
interna e internacionalmente por su poca probidad hasta el punto de no poder
entrar a su “segunda patria” - Estados Unidos- además de ser operadores
políticos del golpe de Estado, son los encargados de dar lecciones de
democracia a los “hondureñitos”, y para ello, recurren a algo que hasta las
derechas más ideologizadas del continente ya abandonaron por vergüenza: el
anticomunismo.
Volvieron al basurero de la
historia a recoger entre la porquería, los residuos políticos e ideológicos de
la guerra fría, y, desde ese pasado oscuro, desconociendo la realidad, se
erigen como los portadores de gobernabilidad y futuro cuando son los verdaderos
responsables del desastre que ahora tenemos como país y como comunidad.
Sospechan que algo profundo
está ocurriendo dentro del pueblo que tanto desprecian, saben que ya no tendrán
las manos libres para hacer y deshacer, apenas alcanzan a comprender que lo que
siempre le negaron al pueblo las élites dominantes es lo que ahora mueve a ese
pueblo: el poder. Las grandes mayorías - y las minorías también- no entienden
de “refundación” ni de “socialismo democrático”, ni será seguramente lo que las mueva a los centros de
votación en noviembre venidero, pero lo que sí han entendido es que su
situación inmediata y el futuro de los suyos, no puede ser determinada por las
élites de siempre, reproductoras de un orden social y económico que los margina
y empobrece cada vez más.
Además de el desprecio,
siempre le han tenido miedo a la “chusma” no por pintar una pared, sino, porque
pueda llegar a las instancias del poder político, al menos. La situación
política en desarrollo, indica que habrá una gran resistencia a La Resistencia cuya expresión política
es el partido LIBRE. Frente a la posibilidad de perder parte del poder político
como ya lo han reconocido con otras palabras - las encuestas de opinión así lo
demuestran hasta ahora- entraremos a una
situación extraordinaria de confrontación: unos, por mantener sus privilegios
de casta y otros, por intentar el reemplazo de parte de la vieja clase política
para tratar de modificar el orden social.
Frente a la irrelevancia del
conservador Partido Liberal, seguramente la clase dominante hará todo lo
posible por mantener la candidatura del Partido Nacional no sólo por tratar de
ganar la elección, pero fundamentalmente, por garantizar la reproducción
estructural del neoliberalismo que tanto réditos les ha dado a costa de la
pobreza y miseria de más del 70% de la población.
Es por ello que el
candidato-presidente del Congreso Nacional, luego de haber absorbido las “candidaturas de
maletín” que “participaron” en las elecciones primarias y a una serie de
personajes oscuros, ahora trata de pegar con saliva al alcalde de la capital,
es decir, a la víctima del escandaloso fraude que él mismo urdió y por el cual,
el alcalde llegó a “comprender” a “Mel” Zelaya, en sus propias palabras.
Después de la mal llamada
“marcha de la verdad” – por lo menos mil años de prisión en primera fila- para hablar de los radicales libres, las encuestas no han variado y hasta “si señooor”
supera al candidato del Congreso. La “renuncia” de uno de los designados de la
candidatura nacionalista, ha resultado ser una operación fallida para contentar
que no unir, al alcalde, el mismo que vestía de blanco a los empleados
municipales para ir a las marchas de los “perfumados”, ahora desaparecidos por
falta de Money.
La “operación inscripción”,
con movilización incluida, frente al rechazo y la repugnancia que produce en la
gente un nuevo espectáculo truculento y bochornoso, tiene como “idea fuerza” el
derecho de petición, es decir, la ley prohíbe e inhabilita, pero tengo el
derecho a pedir que no prohíba e inhabilite. Dicho de otra manera, el ladrón es
juzgado y condenado, pero según la “lógica” de los “democrátas”, el ladrón tiene
derecho a pedir que no lo juzguen ni lo condenen. En pedir no hay engaño, ¡qué
dicha haber nacido en (Honduristán) perdón, en Honduras!
En esa misma “lógica”, al
alcalde se le estaría violando el derecho a elegir y ser electo, pero ya
participó y no lo eligieron o si lo eligieron, el candidato del Congreso se lo
“reventó”, ¿cuál es el miedo? dijo Juan sin miedo. Pero como todo esto es parte
de una “Ópera Bufa”, ahora que se dieron cuenta que el pueblo los está
observando y esperando noviembre para la revancha pacífica y democrática piden -porque
es un derecho dicen- que el llamado Tribunal de Elecciones cuya resoluciones no
debería tener una instancia superior a la cual recurrir, extienda el plazo para
“pensar”, “meditar”, “reflexionar”, “sopesar” y después “decidir” la solitud de
inscripción del alcalde. La ley fija un plazo, ellos quieren otro. ¿Tan
contentos o tan cagados?
Toda una semana y más, discusiones seudojurídicas mañana, tarde y
noche. La “prensa libre” “cedió” espacios para que los leguleyos trataran de
convencer a los hondureñitos que ¡si se puede! , pero la última petición es
signo que van de tumbo en tumbo, como dicen en los pueblos, la cosa se les
complicó al no aceptar la esposa del alcalde para sustituirlo frente al efecto
negativo que seguramente tendrá la intentona.
Mientras, por otro lado, los
“análisis” más “sesudos” sobre la inscripción o no inscripción… que me parece…
que no me parece… en mi opinión tal o cual cosa… yo creo aquí… creo allá… etc.
etc. De la misma manera que debemos rechazar a los politiqueros inescrupulosos,
también debemos hacer lo mismo con los “análisis” chapuceros que escamotean la
realidad al pueblo con un supuesto lenguaje político.
Los que entienden de estas cosas, no necesitan de una explicación,
y quienes no entienden, una explicación sería insuficiente, por ello, hay que
explicarle al pueblo que el poder no se toma, se conquista o se accede a él,
pero lo que sí se puede tomar es la política y volverla el centro de la
discusión para poder imaginar respuestas nuevas, modernas y superadoras de los
problemas nacionales. La atrasada y antidemocrática clase política que tenemos,
no puede ser en quien las mayorías pongan sus esperanzas, tampoco son deseables
los “nuevos políticos” de ocasión, con “ofertones” de feria de pueblo o con
panfletos que se van como llegaron; las ideas políticas, lo hemos dicho en
otras oportunidades, tienen un valor intrínseco, genuino y cuando se usan como
meros instrumentos, se convierten en demagogia pura y barata o de otra índole.
Por último, el espectáculo
que seguramente continuará en los próximos días, debemos verlo como eso y nada
más, no caer en discusiones inservibles porque no se trata de inscribir o no
inscribir, tha’s not the question. El asunto es la renovación de la clase
política y de la política, pero no el
mero reemplazo de unos por otros porque eso lleva a que nada cambie.
S.L. 9/6/2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario