sábado, 15 de junio de 2013

¿Inscribir o no Inscribir?

¡Tha’s not the question!


Sergio Suazo

Si en un momento creímos que lo habíamos visto todo, nos equivocamos y de qué manera. Macondo, ese espacio subrrealista  que sirvió de fondo para “Cien Años de Soledad” de García Márquez, se ve empequeñecido en “honduristán”. Lo que siempre supimos o sospechamos de la clase política que aquí habita, es insignificante con lo que ahora vemos y sabemos.

La rapiña que desveló el golpe de Estado de 2009 sobre los bienes y recursos del país, como parte de lo que hemos denominado “sistema de reparto” conocido como bipartidismo, conformado por las élites económicas, militares, políticas y hasta religiosas ha mostrado en estos días, una de sus facetas más cínicas. Lo que en un país mediadamente serio, sería impresentable, aquí es parte de la normalidad política. Me refiero, al hecho de reflotar a personajes que también en un país serio, cumplirían largas penas en una cárcel por sus responsabilidades políticas y administrativas al frente del gobierno, cuando les tocó ejercerlas.

Ahora resulta que éstos personajes, cuestionados interna e internacionalmente por su poca probidad hasta el punto de no poder entrar a su “segunda patria” - Estados Unidos- además de ser operadores políticos del golpe de Estado, son los encargados de dar lecciones de democracia a los “hondureñitos”, y para ello, recurren a algo que hasta las derechas más ideologizadas del continente ya abandonaron por vergüenza: el anticomunismo.

Volvieron al basurero de la historia a recoger entre la porquería, los residuos políticos e ideológicos de la guerra fría, y, desde ese pasado oscuro, desconociendo la realidad, se erigen como los portadores de gobernabilidad y futuro cuando son los verdaderos responsables del desastre que ahora tenemos como país y como comunidad.

Sospechan que algo profundo está ocurriendo dentro del pueblo que tanto desprecian, saben que ya no tendrán las manos libres para hacer y deshacer, apenas alcanzan a comprender que lo que siempre le negaron al pueblo las élites dominantes es lo que ahora mueve a ese pueblo: el poder. Las grandes mayorías - y las minorías también- no entienden de “refundación” ni de “socialismo democrático”, ni será  seguramente lo que las mueva a los centros de votación en noviembre venidero, pero lo que sí han entendido es que su situación inmediata y el futuro de los suyos, no puede ser determinada por las élites de siempre, reproductoras de un orden social y económico que los margina y empobrece cada vez más.

Además de el desprecio, siempre le han tenido miedo a la “chusma” no por pintar una pared, sino, porque pueda llegar a las instancias del poder político, al menos. La situación política en desarrollo, indica que habrá una gran resistencia a La Resistencia cuya expresión política es el partido LIBRE. Frente a la posibilidad de perder parte del poder político como ya lo han reconocido con otras palabras - las encuestas de opinión así lo demuestran hasta ahora-  entraremos a una situación extraordinaria de confrontación: unos, por mantener sus privilegios de casta y otros, por intentar el reemplazo de parte de la vieja clase política para tratar de modificar el orden social.

Frente a la irrelevancia del conservador Partido Liberal, seguramente la clase dominante hará todo lo posible por mantener la candidatura del Partido Nacional no sólo por tratar de ganar la elección, pero fundamentalmente, por garantizar la reproducción estructural del neoliberalismo que tanto réditos les ha dado a costa de la pobreza y miseria de más del 70% de la población.

Es por ello que el candidato-presidente del Congreso Nacional, luego  de haber absorbido las “candidaturas de maletín” que “participaron” en las elecciones primarias y a una serie de personajes oscuros, ahora trata de pegar con saliva al alcalde de la capital, es decir, a la víctima del escandaloso fraude que él mismo urdió y por el cual, el alcalde llegó a “comprender” a “Mel” Zelaya, en sus propias palabras.

Después de la mal llamada “marcha de la verdad” – por lo menos mil años de prisión en primera fila-  para hablar de los radicales libres, las encuestas no han variado y hasta “si señooor” supera al candidato del Congreso. La “renuncia” de uno de los designados de la candidatura nacionalista, ha resultado ser una operación fallida para contentar que no unir, al alcalde, el mismo que vestía de blanco a los empleados municipales para ir a las marchas de los “perfumados”, ahora desaparecidos por falta de Money.

La “operación inscripción”, con movilización incluida, frente al rechazo y la repugnancia que produce en la gente un nuevo espectáculo truculento y bochornoso, tiene como “idea fuerza” el derecho de petición, es decir, la ley prohíbe e inhabilita, pero tengo el derecho a pedir que no prohíba e inhabilite. Dicho de otra manera, el ladrón es juzgado y condenado, pero según la “lógica” de los “democrátas”, el ladrón tiene derecho a pedir que no lo juzguen ni lo condenen. En pedir no hay engaño, ¡qué dicha haber nacido en (Honduristán) perdón, en Honduras!

En esa misma “lógica”, al alcalde se le estaría violando el derecho a elegir y ser electo, pero ya participó y no lo eligieron o si lo eligieron, el candidato del Congreso se lo “reventó”, ¿cuál es el miedo? dijo Juan sin miedo. Pero como todo esto es parte de una “Ópera Bufa”, ahora que se dieron cuenta que el pueblo los está observando y esperando noviembre para la revancha pacífica y democrática piden -porque es un derecho dicen- que el llamado Tribunal de Elecciones cuya resoluciones no debería tener una instancia superior a la cual recurrir, extienda el plazo para “pensar”, “meditar”, “reflexionar”, “sopesar” y después “decidir” la solitud de inscripción del alcalde. La ley fija un plazo, ellos quieren otro. ¿Tan contentos o tan cagados?

Toda una semana y más,  discusiones seudojurídicas mañana, tarde y noche. La “prensa libre” “cedió” espacios para que los leguleyos trataran de convencer a los hondureñitos que ¡si se puede! , pero la última petición es signo que van de tumbo en tumbo, como dicen en los pueblos, la cosa se les complicó al no aceptar la esposa del alcalde para sustituirlo frente al efecto negativo que seguramente tendrá la intentona.

Mientras, por otro lado, los “análisis” más “sesudos” sobre la inscripción o no inscripción… que me parece… que no me parece… en mi opinión tal o cual cosa… yo creo aquí… creo allá… etc. etc. De la misma manera que debemos rechazar a los politiqueros inescrupulosos, también debemos hacer lo mismo con los “análisis” chapuceros que escamotean la realidad al pueblo con un supuesto lenguaje político.

Los que entienden de  estas cosas, no necesitan de una explicación, y quienes no entienden, una explicación sería insuficiente, por ello, hay que explicarle al pueblo que el poder no se toma, se conquista o se accede a él, pero lo que sí se puede tomar es la política y volverla el centro de la discusión para poder imaginar respuestas nuevas, modernas y superadoras de los problemas nacionales. La atrasada y antidemocrática clase política que tenemos, no puede ser en quien las mayorías pongan sus esperanzas, tampoco son deseables los “nuevos políticos” de ocasión, con “ofertones” de feria de pueblo o con panfletos que se van como llegaron; las ideas políticas, lo hemos dicho en otras oportunidades, tienen un valor intrínseco, genuino y cuando se usan como meros instrumentos, se convierten en demagogia pura y barata o de otra índole.

Por último, el espectáculo que seguramente continuará en los próximos días, debemos verlo como eso y nada más, no caer en discusiones inservibles porque no se trata de inscribir o no inscribir, tha’s not the question. El asunto es la renovación de la clase política y de la política,  pero no el mero reemplazo de unos por otros porque eso lleva a que nada cambie.

S.L. 9/6/2013

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